Un especie de cuaderno digital con una biblioteca en su interior. Hoy, todavía, más una promesa que una realidad. Un invento limitado por tamaño, tecnología y precio. Analizamos cómo funciona y qué modelos ofrece el mercado.
Los lectores de libros electrónicos admiten cientos de volúmenes en su interior. Pueden tener memoria interna o un lector de tarjetas. Todo para llevar en su interior cientos de novelas, poesía, teatro, ensayos…Los más avanzados, además, se conectan a Internet y pronto descargarán noticias, los resultados deportivos o la previsión del tiempo. Basta pulsar un botón para que nos muestre El Quijote, un documento histórico o un tebeo de Supermán.Un especie de cuaderno digital con una biblioteca en su interior. Hoy, todavía, más una promesa que una realidad. Un invento limitado por tamaño, tecnología y precio. Analizamos cómo funciona y qué modelos ofrece el mercado.
Los lectores de libros electrónicos admiten cientos de volúmenes en su interior. Pueden tener memoria interna o un lector de tarjetas. Todo para llevar en su interior cientos de novelas, poesía, teatro, ensayos… Los más avanzados, además, se conectan a Internet y pronto descargarán noticias, los resultados deportivos o la previsión del tiempo. Basta pulsar un botón para que nos muestre El Quijote, un documento histórico o un tebeo de Supermán.
¿Cómo funciona?
La pantalla de este bloc digital es una hoja de papel electrónico. Un invento parecido a una pantalla informática, pero muy delgada (apenas tres milímetros) y sin luz trasera.Una hoja que tiene la textura y el aspecto del puro papel. Nicholas Negroponte, director del Media Lab en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), aseguraba en 1997 a EL PAÍS que este panel estaba fabricado con pasta de papel. No hay que olvidar que el papel electrónico era uno de los 150 proyectos abiertos por sus alumnos.Entonces, aquel papel reutilizable funcionaba sólo en su laboratorio; hoy, bajo la marca E Ink (Cambrigde), lo llevan todos los lectores de libros electrónicos. En 1998 salieron a la venta los primeros modelos comerciales: el Softbook y el Rocket eBook. Nueve años después, dos gigantes del mundo digital se habían apuntado al libro electrónico: la tienda virtual Amazon, con su Kindle, y la firma japonesa Sony, con su lector Reader, respectivamente.
Futuro prometedor. Hoy, las ventas mundiales de lectores de libros electrónicos alcanzan los tres millones en total. Las últimas actualizaciones del lector estadounidense (Kindle 2 y Kindle DX) han colocado a la tienda en Internet en un buen lugar dentro de este nuevo mercado. Desde Citybank se vaticina que Amazon alcanzará el millón de equipos vendidos en 2009 y llegará a 4,4 millones en 2010.Este éxito relativo ha empujado a compañías como News Corp, del magnate Rupert Murdoch, o Hearst Corp, fundada por William Randolph Hearst, a interesarse por estos equipos para distribuir información y entretenimiento en el futuro. Aparte del recién lanzado Kindle DX, que lleva una hoja de papel electrónico de 9,7 pulgadas, la última perla que se ha desvelado en clave de libro electrónico llega desde la firma californiana Plastic Logic. Se trata de un lector del tamaño de un folio (13 pulgadas) con pantalla táctil, flexible y conexión a Internet sin cables.
Eso sí. El libro electrónico, tal y como lo conocemos hoy, es más una promesa que una realidad. De hecho, no se ha convertido en un equipo cotidiano como la tele o el móvil. ¿El motivo? Todavía es un invento limitado por su tamaño, tecnología y precio. Y es que, de momento, estos lectores son equipos electrónicos rígidos con batería, teclas y manual de instrucciones. Es decir, hay que aprender a manejarlos, a ponerlos a punto y a cargarlos de libros electrónicos. Además son poco transportables: tienen una pantalla limitada, pero ocupan lo mismo que un ordenador portátil y, desde luego, no ofrecen las mismas ventajas.
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